viernes, 21 de junio de 2013

Un largo fin de semana


Señorita vengo a cobrar este cheque, y depositarlo en esta cuenta. Luego necesito que retires de mi cuenta esta cantidad de dinero.
Ella me miró coquetamente, me preguntó lo que hacía por esa ciudad, conversamos un par de cosas más en la ventanilla del banco y me dio su teléfono para que la llamara a su hora de salida. Esa ciudad mágica que meses atrás había quedado hecha trizas tras un fuerte terremoto me demostraba nuevamente lo fácil que era conseguir una cita allí, claro siempre por interés pero bueno suele ser así, el amor de pareja se encuentra de otra forma.
Salí del banco con la consigna de destruirme rico ese fin de semana en ese puerto al sur de Lima,  en eso estaba hasta que me acordé de su teléfono, le dije a mi broder que la iba a llamar para que saque un par de amigas y hacer linda.Patricia me contestó, me dijo que se estaba yendo a Lima a una juerga y que le diera el alcance. Le dije a mi broder que regresaba y le apagué el celu, regresé a Lima con Patricia. En el bus nos hicimos muy buenos amigos e hicimos unas cositas más también. Fue una juerga importante, la hermana de Patricia me miraba raro.
El domingo volvimos al puerto,  me hospedó en su pequeño pero acogedor departamento. Vivía con su hermano, que trabaja en una mina con un régimen bastante duro. Toda la semana simplemente esperé que saliera del banco, cenábamos y a pasarla lindo. El viernes nos fuimos a pasarla a Ica, todo acelerado como suele ser la vida a esa edad, todo lo puedes y haces lo que quieres.
El lunes en la mañana me preguntó casi dándome una orden ¿hoy te vas no?, era evidente porque al día siguiente tenía que irme a trabajar, no me dijo nada más y se fue. A su regreso cenamos algo y me dijo que era hora de que me vaya, y allí me contó la verdad. Su hermano en realidad era su novio, se iban a casar pronto, cuando él dejará de ser practicante, ella le había pagado toda su carrera en la universidad, estaban esperando a que a él le fuera un poco mejor y se casaban.
Imaginaran mi cara, pero bueno en ese momento ya casi nada me sorprendía, me había tocado vivir cada cosa; me despedí y me hizo prometerle que nunca la iba a buscar, en efecto eso hice. Años después por un amigo común, me enteré que ella había ascendido bastante en su trabajo y que la trasladaron a  Lima hacia una agencia, que todo mundo le había contado al pata lo que había sucedido, pero él no le reclamo nada, simplemente no quiso creerlo.
En fin, hace unos días la volví a ver, fue gracioso, se iba de Luna de Miel a San Andrés con su “hermano” (JA), me lo presentó, conversamos algo ligero, al rato me agregó al Facebook, pensé en agregarla pero para evitarme problemas tuve que rechazar la invitación.