Habíamos planeado ese viaje un
par de meses atrás, Josué tenía que juntar un poco de dinero, yo tenía unos ahorros
de mi año de prácticas y mi primer trabajo, utilidades cobradas y mi nuevo
salario. Él aún estudiaba en la universidad, juntaba sus propinas para meterse
a cursos extras en la universidad. Llegada la fecha, Josué no había juntado lo
suficiente para viajar, entonces le dijo a su papá que tenía un seminario en
Trujillo y que necesitaba permiso y dinero, su papá accedió.
Yo estaba ya en Pacasmayo y él llegó el
sábado luego de 10 horas de viaje, por ahorrarse dinero viajo en un bus camión
de mala muerte, en el asiento que suelen ocupar los copilotos.
Como corresponde, lo alojé en el hotel en
que me encontraba, bajamos rápidamente al lobby de otro hotel, donde cenamos
algo ligero y pedimos cerveza, una tras otra. Luego fuimos a buscar a unos
amigos que trabajan por allí en una cementera. En Pacasmayo había una feria, la
más importante actividad anual que hay por allá, se presentaba el Grupo 5 en su
mejor momento.
La cola para entrar al concierto era
alucinante, la entrada estaba más cara de lo normal y la gente no quería pagar;
entonces, un grupo de chicos empezó a treparse por una pared del costado
izquierdo y otro grupo por el costado izquierdo, la seguridad se abrió para
disuadirlos y solo uno quedó defendiendo la entrada principal, de pronto
gritaron: YA EMPUJEN.
500 personas empujaron el portón y este se
abrió, la seguridad regresó y empezó a rociar gas pimienta, nuestra mancha se coló y nos dispersamos, yo
entré con el ojo izquierdo cerrado y el derecho lloroso, pasaron 15 minutos y la
seguridad seguía pasando y a quien estaba con signos de haber sido rociado lo
sacaban. Yo ya estaba tomando con el gato, su flaca y otra gente, de Josué nada,
en eso me voy a buscar chela a uno de
los kioscos y allí lo encontré, de pie, con un ojo cerrado aún y el otro
lloroso, con chela en mano, escondiéndose de la batida. Nos fuimos al baño, se
lavó como media hora la cara, y salimos, victoriosos, más hermanos que nunca y
dispuestos a tragarnos Pacasmayo, y luego Piura. Así fue.