sábado, 13 de julio de 2013

Victoria Norteña


Habíamos planeado ese viaje un par de meses atrás, Josué tenía que juntar un poco de dinero, yo tenía unos ahorros de mi año de prácticas y mi primer trabajo, utilidades cobradas y mi nuevo salario. Él aún estudiaba en la universidad, juntaba sus propinas para meterse a cursos extras en la universidad. Llegada la fecha, Josué no había juntado lo suficiente para viajar, entonces le dijo a su papá que tenía un seminario en Trujillo y que necesitaba permiso y dinero, su papá accedió.
Yo estaba ya en Pacasmayo y él llegó el sábado luego de 10 horas de viaje, por ahorrarse dinero viajo en un bus camión de mala muerte, en el asiento que suelen ocupar los copilotos.
Como corresponde, lo alojé en el hotel en que me encontraba, bajamos rápidamente al lobby de otro hotel, donde cenamos algo ligero y pedimos cerveza, una tras otra. Luego fuimos a buscar a unos amigos que trabajan por allí en una cementera. En Pacasmayo había una feria, la más importante actividad anual que hay por allá, se presentaba el Grupo 5 en su mejor momento.
La cola para entrar al concierto era alucinante, la entrada estaba más cara de lo normal y la gente no quería pagar; entonces, un grupo de chicos empezó a treparse por una pared del costado izquierdo y otro grupo por el costado izquierdo, la seguridad se abrió para disuadirlos y solo uno quedó defendiendo la entrada principal, de pronto gritaron: YA EMPUJEN.
500 personas empujaron el portón y este se abrió, la seguridad regresó y empezó a rociar gas pimienta,  nuestra mancha se coló y nos dispersamos, yo entré con el ojo izquierdo cerrado y el derecho lloroso, pasaron 15 minutos y la seguridad seguía pasando y a quien estaba con signos de haber sido rociado lo sacaban. Yo ya estaba tomando con el gato, su flaca y otra gente, de Josué nada, en eso me voy  a buscar chela a uno de los kioscos y allí lo encontré, de pie, con un ojo cerrado aún y el otro lloroso, con chela en mano, escondiéndose de la batida. Nos fuimos al baño, se lavó como media hora la cara, y salimos, victoriosos, más hermanos que nunca y dispuestos a tragarnos Pacasmayo, y luego Piura.  Así fue.