martes, 25 de febrero de 2014

Paco y sus pacos

Paco es adicto a la marihuana y cocaína. Paco es mi amigo, hemos tenido juergas memorables. Paco es soltero, 35 años y siempre trabaja bajo los efectos de la cocaína, de otra forma, me cuenta, no podría soportar todo el drama de sus clientes. Paco, trabaja en un banco, hace cobranzas.

Un día me pidió que lo acompañe a comprar drogas al Callao, Puerto Nuevo. Estábamos en juerga y junto con un broder, Raúl, aceptamos ir un toque nomás. Llegamos a la jato de su proveedor, una jato enorme, en medio de tanta lacra y casas de madera. EL tío envío a su hija  a recogernos, pero el regreso, nos advirtió, lo haríamos por nuestra cuenta.

Su hija estaba ocupada armándole un pedido grande y no se podía distraer. Nos tomamos unas chelas con el tío, escuchando salsa y hablando de la vida.

Luego de una hora de hacer negocios, nos teníamos que ir, eran las 9pm y con tragos encima, tuvimos coraje y salimos con “pana y elegancia” laberinto  tras laberinto, casa de madera tras casa de madera, y alguna que otra casa de material noble, seguro guarida de algún narco, algún extorsionador o algún apretón.

Llegamos a una canchita de fulbito, ya íbamos a  de salir de esa inmundicia y de pronto Raúl se da cuenta que venían  8 patas o más a cuadrarnos, corrimos, salimos a la avenida y seguimos corriendo.

Uffff la libramos webon, dijo Paco. Yo no podía ni respirar y en eso andábamos hasta que a lo lejos venía un broder en calzoncillo, si pues era Raúl, totalmente calato.  Nos comenzamos a cagar de risa, tomamos un taxi y nos largamos a la jato de Paco, le prestó ropa a Raúl  y seguimos la juerga.     

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